Steve Earle & Reckless Kelly – Muerto o rumbo a Dallas
- Stevie Connor

- 23 ago
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Cuando Steve Earle irrumpió en la escena con Guitar Town en 1986, quedó claro que no estaba interesado en seguir las reglas de Nashville. Sus canciones tenían polvo bajo las uñas, una energía inquieta que era a partes iguales country, rock y folk, pero siempre con un sello propio. Casi cuatro décadas después, Earle sigue caminando esa delgada línea: sigue contando historias que llegan al fondo, sigue creando música que se niega a ser encasillada.
Su nuevo sencillo, Dead or Gone to Dallas, es la prueba de ese espíritu inquieto. Escrito por Earle y grabado junto a los íconos de la Americana Reckless Kelly, el tema es un torbellino musical que se sitúa entre la melancolía y la sonrisa pícara. En la superficie, es una observación ingeniosa: todos los que el narrador conoce están bajo tierra o se han mudado a Dallas. Pero debajo del humor se esconde una verdad universal: las ciudades cambian, la gente se marcha y el tiempo no espera a nadie.
«Es simplemente country rock sin pedir disculpas, con una banda detrás de mí que sabe exactamente cómo hacerlo», dice Earle sobre la canción. Y tiene razón. Reckless Kelly —liderados por los hermanos Willy y Cody Braun — es un grupo forjado en el crisol de las carreteras estadounidenses, los festivales y los bares de mala muerte. Durante casi 30 años han mantenido viva la llama del outlaw country con una mezcla de autenticidad cruda y energía digna de estadios. Han ganado GRAMMYs, encabezado listas y festivales, pero lo más importante es su capacidad para encender cualquier escenario — o campo — con un sonido sin filtros que cada vez se escucha menos.
Esa energía late en Dead or Gone to Dallas. Desde los primeros compases, la canción se siente viva: los riffs de guitarra avanzan con aplomo, la sección rítmica se mueve con desparpajo y la pedal steel bordea los márgenes con el toque justo de twang. La voz de Earle — áspera, curtida, pero nunca cansada — se asienta en el centro como la de un narrador veterano que se inclina sobre la mesa para contarte la broma al oído.
Reckless Kelly no se limita a respaldarlo; empujan la canción hacia adelante, dándole la fuerza de una banda que sabe perfectamente cómo convertir una buena historia en una gran canción.
«La primera vez que escuché la demo pensé: “ésta es la canción perfecta para dejar nuestra huella —tiene ese aire vintage de Steve Earle con el que nos formamos”», recuerda Willy Braun. Una confesión que dice tanto sobre las raíces de Reckless Kelly como sobre la influencia de Earle. Porque pocos artistas han moldeado el paisaje de la Americana como Steve Earle. Sus canciones han sido versionadas por Johnny Cash y Emmylou Harris, sus discos han ganado múltiples GRAMMYs y su himno Copperhead Road (1988) se ha tejido tan profundamente en la cultura estadounidense que en 2023 fue reconocido oficialmente como canción del estado de Tennessee.
Earle nunca ha sido solo un cantautor. Es novelista, dramaturgo, activista político y actor —destacó en series aclamadas como The Wire y Tremé. Pero por encima de todo, es un trovador: uno de los últimos de esa rara especie de escritores capaces de equilibrar una narrativa afilada con un corazón rebelde. Dead or Gone to Dallas recuerda que su pluma no ha perdido filo y que su voz conserva la autoridad de quien ha vivido cada palabra que canta.
Para Reckless Kelly, esta colaboración representa un hito en una carrera que abarca casi tres décadas. El 2025 marca no solo su 30 aniversario como banda, sino también los 20 años de su álbum emblemático Wicked Twisted Road — un disco que consolidó su reputación como uno de los actos más importantes de la Americana. Para celebrarlo, el álbum se publica por primera vez en vinilo, ofreciendo a los fans de siempre y a los nuevos oyentes la oportunidad de redescubrir una obra que ayudó a definir a toda una generación de música de raíces.
Su más reciente disco, The Last Frontier (2024), produjo dos sencillos número 1 y alimentó una gira con entradas agotadas que incluyó paradas en el Ryman y el AmericanaFest. Además de sus giras incansables, la banda continúa organizando el querido Braun Brothers Reunion Festival en Challis, Idaho — un encuentro que no solo presenta a los mejores artistas de Americana, sino que también recauda fondos para su comunidad. En un mundo donde las bandas van y vienen, Reckless Kelly ha perdurado no por seguir tendencias, sino por redoblar su apuesta por la autenticidad.
La unión de Earle y Reckless Kelly se siente tanto natural como simbólica. No es solo una colaboración; es un diálogo entre generaciones de la Americana. Earle, el veterano que ayudó a dar forma al género, y Reckless Kelly, los portadores de la antorcha que lo han llevado al siglo XXI, se encuentran aquí para recordarnos el latido del corazón de esta música. Y qué corazón: a partes iguales tristeza y humor, aspereza y ternura, anhelo y celebración.
Recién salidos de su actuación conjunta en el Calgary Folk Festival, la química entre Earle y Reckless Kelly es innegable. En el escenario, se retroalimentan; en el estudio, esa sinergia se traduce en una canción que resulta a la vez atemporal y urgente. No hay duda de la alegría de hacer música así — música que no adula ni aparenta, simplemente es.
En definitiva, Dead or Gone to Dallas es mucho más que un número de country rock arrollador. Es una meditación sobre el cambio, la ausencia, lo que significa quedarse o partir. Es una alusión cómplice a la mortalidad, entregada con la picardía que solo Steve Earle sabe transmitir. Y es una vitrina del talento de Reckless Kelly para elevar una canción sin nunca opacar la historia en su núcleo.
A medida que la Americana sigue creciendo y evolucionando, colaboraciones como ésta importan. Nos recuerdan que el género no se trata de encajar en una caja, sino de llevar adelante una tradición: honrar el pasado mientras se habla al presente. Con Dead or Gone to Dallas, Steve Earle y Reckless Kelly nos han dado no solo una gran canción, sino un recordatorio de por qué esta música sigue importando.
Sin concesiones. Sin pulir. Inolvidable.
Esenciales de Steve Earle
Guitar Town (1986) – el álbum que lo empezó todo, una piedra angular de la Americana.
Copperhead Road (1988) – el icónico himno outlaw de Earle, ahora canción oficial del estado de Tennessee.
The Revolution Starts… Now (2004) – un clásico políticamente cargado ganador de un GRAMMY.
Jerry Jeff (2022) – un emotivo homenaje a su mentor, Jerry Jeff Walker.
Alone Again (Live) (2024) – su álbum más reciente, mostrando al trovador en su estado más puro.
Esenciales de Reckless Kelly
Wicked Twisted Road (2005) – su álbum emblemático, celebrando 20 años con una edición en vinilo.
Bulletproof (2008) – Americana de alta energía con un toque político.
Long Night Moon (2013) – un disco más reflexivo y premiado.
Sunset Motel (2016) – rico en narrativa y texturas profundas.
The Last Frontier (2024) – su 17º álbum, con dos sencillos número 1 y una gira triunfal.
Juntos, estos álbumes y canciones forman la columna vertebral de la Americana moderna —un género que prospera gracias a las historias que cuenta, la resiliencia y colaboraciones como ésta.

STEVE EARLE
RECKLESS KELLY


